Habitación 104
2
Domingo 10 de Diciembre del 2007.
14:19 pm
El tren que venia desde Laroche-Migennes llego a Gare de Lyon. Mientras todos estaban listos para reunirse a la salida, Jenifer continuo leyendo. Ella quería obtener el máximo beneficio de la ultima novela de Lauren Weisberger, “People Or Not People” (gente o no gente). Pensando en su fin de semana, este libro era realmente adecuado. Ella iba a conocer muy bonitas personas en los próximos días...
Ella deslizo la novela en su bolso y tomo su equipaje; con una gran bolsa de piel blanca conteniendo su ropa y sus artículos de tocador, y una negra, bastante pesada, llena de bebidas y comida. En el lujoso hotel donde se iba a quedar, ella no podría lograr pagar comer en el restaurant o tomar un desayuno en el bar.
Tan pronto como ella se bajo del tren, sintió una particular atmosfera de los viajes. Bajo el inmenso techo de cristal resonaban todo tipo de conversaciones, de palabras habladas en lenguajes extranjeros que ella no siempre reconocía. Se cruzo con personas enamoradas que se reunían, familias que trataban de mantener su pequeña tribu junta, cansados, estresados o viajeros demasiado presionados, a veces los tres al mismo tiempo. Ninguno prestaba la menor atención al decorado de palmas que había en el salón. Tampoco notaban el gran reloj, ni el trabajo de los pilares del Blue Train, el lujoso restaurant de la estación. Jenifer, comparada con otros viajantes, miro hacia todos lados. Sus reflejos de escritora se activaron, listos para capturar cada detalle y reescribirlo en su futura novela.
Al final de la plataforma, Cécilia la esperaba con su maleta de ruedas. Las dos amigas se abrazaron y Jenifer insistió en tomar un café en el Blue Train.
- Jenny, si empezamos a gastar nuestro dinero...
- Pero es un lugar histórico! – exclamo ella entrando en el establecimiento. Tú sabes que fue construido para la Feria del Mundo en 1900?? Como la Torre Eiffel.
Y probando sus cafés, las jóvenes mujeres admiraron el gran cuarto, la decoración fue sobrecargada con esculturas, cosas doradas y pinturas. Después de unas cuantas horas en transporte publico, fue placentero descansar un momento en un banco de cuero platinado.
- Te imaginas? – comenzó Jenny- Coco Chanel, Brigitte Bardot, Dali, Jean Cocteau vinieron aquí!
- Gente que puede pagarlo -enfatizo Cécilia-
- Esa no es realmente la cuestión...
- Sin embargo, lo es. Tú tienes que pagar la cuenta al final de la comida!
- Es verdad, pero es más una cuestión de decoración, de ambiente. El estilo de 1900, los viajantes que hacen viajes, los trenes que llegan y se van…
Cécilia nunca discutía sobre eso con su amiga. Ella no estaba tan apasionada con la historia o el arte según ella, la abundancia de lujo era demasiado. Ella prefería lo simple de un pequeño café, aunque algún famoso diseñador o escritor la hubiera acompañado. Entonces se fueron para esperar al padre de Cécilia, en el lugar de Louis Armand. Y después de esto ella se quejaba por el viento y el frio, mientras que Jenny admiraba la parte de enfrente de la estación y su campanario. El cuadrado, la torre de un alto de 67 m y en sus cuatro lados a 6.5 metros un reloj que no era mas que recordar el Big Ben de Londres.
Pronto el conductor llego y empezaron a cruzar Paris. Ellas estaban impacientes, emocionadas como adolescentes. Cada una tenía un proyecto que lograr esta semana. Cécilia trabajaba voluntariamente para el club de fans francés de Japan Road. Mañana, ella podría llevar a 50 fans para grabar el show Hit del Año 2007, presentado por Flavie Flament. Pero no era solo esa su misión. También, ella quería decirle a la banda y al manager sobre el club de fans y que fuera convertido en un “fan club oficial”.
Y por Jenny, ella escribió una novela en la cual su heroína era la hija de una estrella del rock'n'roll, la cual había crecido en hoteles, al ritmo de su padre y bajo la critica de los medios y la prensa. Ella tomo de ejemplo a Anaïs Paris, la hija de Rob Paris, el guitarrista del famoso grupo Sueco de rock “DANGER”. Anaïs era alternativamente delineante, escritora, diseñadora, modelo...y era amiga de la infancia de Japan Road. Jenny sabía por Fuentes muy confiables la información de que ella salía con el cantante. Siempre que la banda estaba en Paris, la chica estaba ahí y Jenny esperaba ser capaz de conocerla y hablarle sobre su libro. Si era necesario, ella le daría su manuscrito.
Esa era la razón por la cual, las dos habían tomado la salvaje iniciativa de reservar un cuarto en el mismo hotel en el que se hospedarían Japan Road. Para tener todas las opciones de su lado, para estar seguras de conocerlos y al mismo tiempo ellas iban a poder entrar y salir del hotel. Y para Jenny, era la oportunidad para saber como era la vida en un hotel así de lujoso.
- Espero que seamos capaces de verlos y hablar un poco con ellos - pensó Cécilia en voz alta – Con el archivo, les daré a cada uno de ellos una tarjeta. He traducido algunas notas en alemán.
- Y que es lo que dicen esas pequeñas notas?
- Les explico a ellos que yo “trabajo” para el Fan Club Francés y que nos gustaría que nuestra asociación se convirtiera en el “Fan Club Oficial Francés”, todo esto en orden para tener intercambios entre la banda y las fans. También les hago saber que mañana, en el show de televisión, todas las fans con un top rojo serán las fans del fan club, y que una sorpresa esta siendo preparada para ellos.
- Este bien. Cual es la sorpresa?
- Otra chica esta a cargo de esto. Ella imprimió en hojas de colores “Frohe Weinachten”. Una carta en hojas, eso significa “Feliz Navidad”. En las pequeñas notas, también pregunto sobre una cita y les dejo saber que estaremos en su hotel durante estos pocos días de promoción.
- Y piensas que aceptaran?
- Si, yo pienso que si! Cécilia, de repente la nueva confidente! –Exclamo- Muy seguido, Liam le dice a los periodistas que se siente solo en su habitación de hotel. El se encuentra a si mismo solo después de estar con tanta gente todo el día. Eso lo hace ponerse triste y sentimental. Entonces por una vez, el podría encontrar algo que hacer y conocer personas, no creo que el se vaya a negar.
Jenny no le había confiado a su amiga la información relativa a Anais Paris. Tampoco se atrevió a romper las esperanzas de Cécilia, pero considerando que Anaïs estaría ahí, Liam no estaría solo después de todo, sintiéndose triste en su cuarto y era extremamente probable que el rechazara las citas para pasar el mayor tiempo posible con su novia. Y a decir verdad, era cierto que no era la banda misma quienes decidían si un fan club se convertía en oficial, pero quizá si la administración.
Ocupados como estarían para hablar e imaginar sus reuniones con la banda y Anaïs, no vieron París pasando por debajo de sus ojos y cuando se preocupaban por saber dónde estaban, el Arco del Triunfo estaba de pie a la vista, estaban cruzando los Campos Elíseos. Una llovizna cayo sobre la capital y los limpios parabrisas se movían rápidamente, casi al ritmo de sus propios latidos. Ellas se acercaban a su destino y por más estúpido que pudiera parecer, ellas tenían cierto tipo de mariposas en sus estómagos. Una mezcla de emoción, gozo y aprensión. Estaban un poco preocupadas por encarar a un universo que no conocían.
El padre de Cécilia dio vuelta en la plaza de l’Etoile, entonces tomo la avenida Hoche. La ultima línea final. Gradualmente, ellas distinguieron una cosa sin forma y colorida, bajo los arboles. Fans.. Ellas se amontonaban entre el pasto lleno de flores de la calle y el hotel. Algunas estaban envueltas en cubiertas, en bolsas de dormir, mantas de supervivencia. Otras, esperaban en el lugar o por el contrario, se quedaban inmóviles, como estatuas congeladas por el frio.
Más allá de esa pequeña multitud, podrías adivinar que la entrada del Royal Monceau se encontraba bajo ese escudo de cristal, grabado con las iniciales del hotel. Las banderas francesas, Japonesas y Europeas, elaboradas sobre el escudo de cristal, eran violentamente agitadas e hicieron voltear su tejido. Cuando el carro se detuvo, el staff del hotel se alisto, listos para recibir nuevos clientes.
Jenny y Cécilia estaban un poco intimidadas por tener un millón de ojos sobre ellas. No estaban acostumbradas a recibir mucha atención. Cécilia rezaba para que ningún fan la reconociera le rogara que le ayudara a entrar al hotel. Pero su llegada paso y nadie las reconoció. El botones tomo su equipaje y lo deposito en el salón, mientras ellas fueron a la mesa de recepción. Ellas negaron su identidad y la recepcionista les marco con sus datos.
Jenny había contactado con el Royal Monceau unas semanas antes, para tener información para su novela. Ella deseaba visitar el lugar pero no quería ir a Paris solo por eso. Y cuando la oportunidad vino para conocer a Japan Road y a Anaïs Paris al mismo tiempo para su nueva promoción en Francia, entonces ella se unió a la ocasión. Pero no sabiendo exactamente si la banda estaría en ese hotel, ellas prefirieron hospedarse solo una noche. Melody, la mujer a cargo de la comunicación de prensa del establecimiento le aseguro en diciembre que no era un periodo difícil y que podría hospedarles una noche más sin problemas.
- Vamos a reservar una segunda noche, para mañana por la noche – dijo Jenny a la recepcionista, quien se fijo en la computadora-
- Eso no será posible, estamos llenos – un hombre elegantemente vestido en un traje negro azulado dijo con voz firme, nada que ver con la cordial bienvenida de la anfitriona.
- Que? – Dijo Jenny simplemente, sorprendida, no esperando esta respuesta para nada, ni siquiera había notado la presencia del hombre antes.
- Estamos llenos – repitió el y las chicas empezaron a sentir cierto pánico. No era posible, donde dormirían el siguiente día?
- No lo entiendo, me afirmaron que no habría problemas para reservar una segunda noche.
- Eso no será posible.
- Su colega, del área de comunicación de prensa me dijo que este periodo del año no estaba tan cargado...
- No podemos saber siempre cuantas reservaciones tendremos. Y ahora estamos llenos, Lo siento. Mi colega le enseñara la habitación para esta noche. Tengan una buena estancia en el Royal Monceau !
Una anfitriona las guio con la tarjeta de la habitación y les mostro el ascensor. Ellas fueron al primer piso. Cuando salieron del elevador, llegaron a un largo pasillo. Del lado opuesto a ellas, había una sala de estar amueblada con sofás y sillones y una gran mesa de mármol gris, iluminado con una araña de cristal suntuosa por encima. La anfitriona dio vuelta a la izquierda y abrió la habitación 104 para ellas. Ella les dio una tarjeta magnética, así como unas cuantas tarjetas con varios numeros y una tarjeta más que les daba acceso al spa. Les deseo que tuvieran una excelente estancia en el hotel y se fue. Entonces el botones con el equipaje llego. El dejo las bolsas y maletas en la entrada de la habitación, también nos deseo que tuviéramos una placentera estancia y cerro de Nuevo la puerta tras de el.
A pesar de la fría bienvenida del director de la mesa de recepciones, la lujosa habitación y el asombro pusieron a las jóvenes chicas de buen humor. Por el momento, ellas descubrieron el lugar. Entraron por un pequeño pasillo, donde estaba el baño y la bañera, en el cual había una ventana que les intrigaba. Espejos reemplazaron los paneles y Jenny pensó que era un armario. Ella lo abrió y parecía que había una simple pared detrás.
- Te imaginas si nosotros tuviéramos una vista en el baño del vecino!? – Exclamo Cécilia y las dos empezaron a reír con locura imaginando la escena-
Entonces entraron en la parte donde esta la cama. Una inmensa cama estaba justamente en medio y enfrente de ella había una gran televisión de pantalla plana, sobre un mueble de madera. En cada lado había un sillón. La ventana daba una buena vista de la avenida Hoche. El cuarto estaba justo encima del escudo de cristal y las banderas eran agitadas justo bajo su ventana. Parecía que escuchaban una canción que las fans tarareaban. Ellas abrieron la cortina y vieron a las adolecentes rígidas del frio en la calle. Cuanto es que llevaban ahí? Se pregunto Jenny. Bajo la ventana, un pequeña escritorio estaba equipado con kit de conexión a internet, un kit de hojas blancas y el menú del hotel y de varios bares y restaurantes. Era simplemente esplendido.
- Das zimmer ist richtig geil! (la habitación es genial) -exclamo Cécilia tendiéndose sobre la cama. Expresándose en alemán le hacia sentir realmente cerca de Japan Road. Y se había convertido en moda. Había un tiempo cuando ella sufría por usar las palabras en ingles, ahora sabia las diferencias de hablar el alemán.
- Si, muy bonito! – Aprobó Jenny – Pero por muy bonito que sea, de cualquier forma tenemos un problema.
- Si...
- No es posible que el hotel este lleno! Melody me dijo la semana pasada que no habría problemas...
Se quedaron en silencio por un momento, descansando sobre la cama, una al lado de la otra, cuando de repente Cécilia tuvo la idea de tomar su laptop y conectarse a internet. Jenny no hizo ningún movimiento. Trataba de hacerse a la idea de que ellas tendrían que dormir en otro hotel. Probablemente mejor que ese. Era un poco loco gastar tanto dinero en tan poco tiempo, Una noche en el Royal Monceau representaba un mes de renta!
- No esta lleno después de todo! - - Dijo Cécilia con triunfo, sentada en el pequeño escritorio.
- Como sabes eso? – Pregunto Jenny, sorprendida enderezándose de la cama.
- estoy en royalmonceau.com y puedo reservar para los siguientes días. Hay varias habitaciones disponibles: habitaciones tradicionales, junior suites, deluxe suites…
- En verdad? Estas segura??
- Si, mira esto... reserve para mañana por la noche… 11 de Diciembre… 2 adultos…habitación tradicional… hago click aquí…y funciona! Una confirmación por email será mandado a tu correo. Estoy checando… Ok, lo tengo!!
- Cécilia, eres un genio!!
Ella apretó a su amiga en un abrazo y ambas explotaron de alegría por haber encontrado una solución. Ellos tenían ahí, no es así?? La única cosa que no entendían era el porque el director les había mentido. Con que objetivo? Finalmente evadieron la pregunta para desempacar sus bolsas y comer. Jenny saco una botella de coca cola de vainilla, un sándwich y un plátano. Cécilia había comido en casa y para esta tarde ella trato de hacer compras en Franprix, que estaba justo del lado contrario al hotel.
A las 5:45 pm, un fan alemán le mando un mensaje de texto a Cécilia para decirle que Japan Road había dejado Alemania. El avión acababa de despegar. Ella difundió la información a otros miembros del club de fans e hizo algunas llamadas al sitio oficial francés. Ellos eran socios y se conocerían al día siguiente.
Diez minutes mas tarde, circulaba en las noticias de MSN y de foros, y también en los celulares de las chicas que les esperaban en el aeropuerto. Ellas sabían que Japan Road estarían en Francia alrededor de las 7:30 pm. En menos de una hora y treinta minutos.
Mientras Jenny leía en silencio sobre la cama el siguiente capitulo de las aventuras de la gente de Beth, Cécilia se mantuvo en contacto por MSN y recibía una multitud de de llamadas. Se encerró como un ministerio. En media hora, ella instalo el Fan Club de alta calidad en la habitación. En el escritorio estaba su laptop y su celular, ya con el cargador de la bacteria puesto. Sobre la cama, un montón de archivos sobre el club de fans y cartas para la banda. En los muebles, aparte de la pantalla gigante, una lista de las fans para el show del día siguiente, la convocatoria, otra lista del sitio oficial y placas para que las fans reconocieran a las organizadoras.
Ella hizo compras en Franprix y pidió al servicio a la habitación una jarra de agua caliente. Con unos palillos de café se hizo un expresso. Era su tercer café cuando, a las 7:22 pm, un fan le dejo saber que el avión proveniente de Hamburgo había aterrizado. La banda no había salido aun, pero no tardarían mucho! Le llamarían de nuevo para hacerle saber sobre si habían firmado algunos autógrafos o si habían tomado algunas fotografías.